En la mañana se dio a conocer que Tim Miller ya no dirigiría la secuela de Deadpool debido a diferencias creativas con Ryan Reynolds, además de que rumores señalan que el director y el actor no se llevaban bien desde la filmación de la primera parte y que era una bomba de tiempo.
Ahora reportes de sitios como The Wrap han señalado que el problema fue que el nuevo contrato de Reynolds señalaba que el actor iba a tener un aumento en un suelo, control creativo y la última palabra en el casting, cosa que causó un poco de molestia ya que Miller quería a Kyle Chandler para interpretar a Cable mientras que Reynolds quería otro actor y el estudio quería a Liam Neeson, cosa que provocó una pelea.
Finalmente la gota que derramó el vaso fue que Miller quería hacer una secuela visualmente mejor hecha y con más efectos especiales, mientras que Reynolds quería mantener la formula de la original en cuanto a humor y un presupuesto no tan alto para tener posibilidad de una tercera parte.
Se espera que el estudio anuncie pronto a un nuevo director que tendrá que trabajar con el guión de Rhett Reese y Paul Wernick.