Alea, uno de los proyectos neoyorquinos que mejor conjugan los sonidos contemporáneos con las raíces latinoamericanas, está de vuelta con un sencillo que dejará a todos asombrados por su calidad, la pertinencia de su mirada y el corazón con el que está escrito e interpretado.
En su natal Colombia, cuando un guiso no sale bien, se recomienda: ¡échale sal! Por extensión, la frase sirve como fórmula frente a los problemas cuya solución se escapa de las manos.
Congruente con cada uno de los temas que ha ido revelando, “Échale sal” es una exploración que corre en muchos sentidos: el de la identidad, el de la lírica y, por supuesto, el musical.
La versión definitiva, un tanto alejada de la idea original, adquirió mucha más fuerza y la compuso a dos cabezas con Sinuhé Padilla-Isunza, quien también es su productor.
“Lo que nos llamó la atención esa noche eran las miradas; el cansancio y el compromiso con la causa, cualquiera que fuera, todos tenían alguna causa por la que luchaban tan duro. En el tren se ve la gente durmiendo, pues muchos viajan en trayectos de más de una hora. Y hablábamos de todo lo que cada una de estas personas hizo para llegar hasta allí, la mayoría inmigrantes de todos los rincones, con o sin papeles, pero trabajando, sin hacerle daño a nadie, proveyendo para los suyos.”