Hace apenas unas semanas se confirmó que la franquicia de Mi Villano Favorito es la animación más lucrativa en nuestros tiempos y es que la gente ha sentido un gran apego por Gru, las niñas y sobretodo los minions.
Ahora nos llega una tercer aventura (cuarta si cuentan la cinta en solitario de los minions) y en donde vemos a Gru ser despedido de la agencia tras no atrapar a un villano ochentero y que tras la post-depresión descubre un hermano gemelo que intentará regresarlo al lado oscuro y maravilloso de robar cosas solo por gusto.
Lo maravilloso de este tipo de películas es que no importa que tan duro seas como crítico, simplemente no puedes quejarte ya que sabes a lo que vas cuando pagas un boleto. Aquí vemos a nuestro ex-villano dejar de lado todas ese sarcasmo que le vimos en la primera parte y cambiarlo por consejos paternales, mientras que su pareja es la típica historia de la madrastra que intenta ser un ejemplo para sus hijas adoptivas.
Pero a diferencia de la segunda parte, aquí no se enfoca tanto en los minions ya que estos tienen su aventura totalmente aparte, sino que vemos más la parte familiar tanto en Gru como en su hermano que es su calca pero con la diferencia que el no ha experimentado el tener hijas, también vemos al artista frustrado que sólo busca amor.
La cinta es palomera, divertida, pero sin la emotividad de la primer parte y probablemente sea la excusa perfecta para seguir expandiendo esta saga.
