Guy Ritchie debe tener uno de los estilos más característicos en el cine y en los últimos años lo hemos visto incursionar en el mundo comercial sin tanto éxito (Aladdin, El Rey Arturo), pero de vez en cuando decide tomarse un tiempo regresando a Inglaterra para planear su siguiente paso y mientras lo hace filma algo con sus amigos que resulta siendo algo que le llena emocionalmente y en donde vemos a ese director que nos emocionó con cosas como Snatch, Rocknrolla, por lo que The Gentleman es el claro ejemplo de eso.
En esta ocasión se hace acompañar de un elenco ya conocido por él y que está conformado por Matthew McConaughey, Charlie Hunnam, Henry Golding, Michelle Dockery, Jeremy Strong, Colin Farrell, Hugh Grant, Eddie Marsan, Brittany Ashworth. Aquí conocemos a un vendedor de marihuana en Londres que ha decidido vender su imperio para enfocarse en su esposa, sin embargo todo se complicará cuando sus enemigos se enteran de sus planes y decidan que quieren tener un trozo del tesoro.
Como lo hemos dicho, esta película es un regreso a las raíces de Ritchie y es que aquí nos presentan un poco la historia de Mickey Pearson, un americano que inició vendiendo marihuana en Oxford y que de poco a poco fue creando su imperio, pero cuya debilidad es su esposa y eso hace que decida retirarse. Toda la historia es contada por un periodista que está platicando con Ray, la mano derecha de Mickey, y en donde le resume todo lo que sabe y eso mismo provoca que la historia esté llena de flashbacks y anécdotas que van complementando lo que estamos viendo.
La historia está llena de acción y de buenas coreografías de peleas, algunos chistes muy británicos que probablemente sean difíciles de seguir, pero también tiene un estilo muy actual en donde todo se va entrelazando hasta darnos un final que no esperábamos. Probablemente no la mejor película del director, pero si es una bocanada de aire fresco luego de todo lo que nos había entregado.
Por cierto, la escena final es un gran chiste sobre como se está manejando la industria de cine en la actualidad donde todo puede ser una secuela.