Por: Liz Galeana
Es fácil pensar que engancharse a un anime de deportes es sencillo, porque el deporte del que trata es popular en el lugar donde vives, lo conoces y/o lo has jugado, por lo cuál tienes una conexión de antemano con el contenido que verás pero ¿Te atraparía la historia de igual manera si no supieras nada de la disciplina? En el caso de Haikyuu… es así.
Haruichi Furudate, creó en 2012 el manga sobre un grupo de adolescentes apasionados por un deporte poco conocido (al menos en mi país es así), el voleibol de sala. La historia se popularizó y se convirtió en un anime en 2014. La trama pareciera sencilla; un grupo de jóvenes, un deporte y una meta a cumplir pero Haikyuu es el claro ejemplo de que la historia es tan importante como la forma en que la cuentas.
La trama nos lleva a conocer al joven Tobio Kageyama, un arrogante genio en el deporte, quien al ingresar a la preparatoria, se vuelve compañero de equipo con el optimista diamante en bruto, Shoyo Hinata. Su relación comienza como una rivalidad que poco a poco los convierte en compañeros de equipo y en una dupla de terror para los demás equipos.
Estos apasionados adolescentes si tienen la euforia desbordante por el deporte que practican que podemos ver en otros animes pero también tienen sus propios desafíos y dificultades, eso hace que puedas comprenderlos, empatizar con ellos y querer acompañarlos en el camino.
Parece todo muy interesante pero ¿Qué pasa con el desconocimiento sobre el deporte? No te preocupes, puedes comenzar sin saber absolutamente nada sobre voleibol de sala y la historia te va a llevar de la mano para que aprendas reglas, posiciones, jugadas y algunos datos interesantes, eso sí, de una forma ligera y sencilla.
En los animes de este tipo, pero de algunas décadas atrás, la emoción por una jugada nos hacía esperar lo que parecía una eternidad para saber si el balón entró y se consiguió la victoria, al grado en que los creadores podían darse el lujo de cortarlo en la mejor parte y dejarte esperando al siguiente episodio sin piedad alguna. Se entiende la intención pero francamente, era frustrante. En Haikyuu, dichos momentos de tensión están presentes, pero sin duda, la velocidad se ha modificado convirtiéndolos en instantes de euforia que te hacen emocionarte y pegar un grito.
Eso sí, hay que ser honestos y decir que el anime cuenta con cuatro temporadas, varias OVAS y un par de películas pero, sí en el capítulo uno encuentras algo que te enganche, ya no lo vas a poder soltar y los capítulos comienzan a fluir sin parar. Lo puedes encontrar en la plataforma de streaming Crunchyroll.
Ver Haikyuu seguro te hará recordar tu época de estudiante, a ese amigo de la escuela que sin importar que no compartieran la misma pasión, te apoyó incondicionalmente, al profesor que te daba consejos invaluables, o al grupo de amigos que llegaste a considerar hermanos. Eso vuelve a éste anime tan especial, su capacidad de sentirse identificado pues aunque no todos fuimos deportistas, todos tuvimos (o tenemos) ese algo en nuestras vidas que nos llevó a hacer cambios inimaginables y perseverar.
Si buscas una historia emocionante, divertida y que al mismo tiempo te abra las puertas a un mundo desconocido, no lo pienses mucho y anímate a ver Haikyuu, quizá en una de esas, terminas regresando al gimnasio, uniéndote al equipo local para practicar ese deporte que siempre habías querido intentar o a retomar esa actividad que te llena por dentro pero que dudabas en continuar. Quizá pienses que una serie de animación no podría causar tanto pero, en ocasiones, la inspiración para seguir nuestros sueños o alcanzar nuestras metas, puede venir de los lugares más inesperados.