El cine mexicano sigue construyendo bases sólidas hacia nuevos discursos y un espacio que cada vez más va tomando su lugar, y es el cine para adolescentes, no sólo les llega a divertir a elles, sino a quienes ya pasamos por esa etapa.
¡Ánimo Juventud! de Carlos Armella urga por aquellos recuerdos de la adolescencia mezclándolos con que hoy vemos en nuestro entorno, cayendo en el mismo conflicto de no ser escuchades y entendides, y muchas veces pareciera que hablan otro lenguaje.
Martín es un joven vándalo enamorado de una chica que ignora completamente su existencia. Su deseo es gritarle al mundo su amor, a pesar de que el mundo trate de acallarlo. Daniel es un músico convertido en taxista tras haber embarazado a su novia adolescente. El día que decide convertirse en un adulto responsable, será uno de los días más desafortunados de su vida. Dulce es una agresiva bravucona dentro de la secundaria, pero interiormente se percibe a si misma como una linda chica que merece ser amada, y está lista para perder su virginidad con el primero que esté dispuesto a tomarla. Pedro es un chico con una mirada decepcionada del mundo de los adultos, que ha decidido dejar de hablar como una persona normal y empieza su propio lenguaje. Cuatro personajes con sueños, pasiones y deseos, pero con miedo a convertirse en adultos en la Ciudad de México de hoy en día. Todos ellos tienen un irritante obstáculo en común: los adultos.
Cinco historias entrelazadas que van mostrando el camino de crecer, buscar e investigar en quienes se están transformando. ¿Pero qué sería la adolescencia sin música?
No sólo el hecho de haber creado un lenguaje específico para lapelñicula, Carlos, logra buscar música que va describiendo escenas transitorias, introduciéndonos a su mundo.