Una de las películas que marcó a más de una generación noventera fue la de los Los Locos Addams del director Barry Sonnenfeld y que contó con un elenco envidiable conformado por nombres Anjelica Huston, Raul Julia, Christopher Lloyd, Christina Ricci, Elizabeth Wilson, entre otros, sin embargo después de dos películas la franquicia fue olvidada y desde entonces muchos estudios intentaron regresarla ya sea en una cinta o serie, sin éxito.
Pero Universal Pictures decidió darle una nueva oportunidad en el mundo de la animación e invitó a los directores Conrad Vernon y Greg Tiernan para que lo hicieran, entregándonos un grandioso resultado en el que recrean la magia de las cintas originales y la historia en general con una animación bastante buena, nunca dejando a un lado la escancia de esta familia diferente para nosotros.
La cinta sigue a Gomez y Morticia, quienes preparan la visita de su numerosa familia para celebrar la »Mazurka con sable» en honor a Pugsley, un rito de iniciación para convertirse en un hombre digno de la familia Addams. Pero, mientras están inmersos en los preparativos, los Addams ignoran que su vecina, el fenómeno televisivo Margaux Needler, planea construir una comunidad prefabricada y perfecta justo debajo de la suya. Y cuando por fin se levanta la niebla, Margaux entra en pánico al descubrir la mansión de la familia Addams, un claro impedimento en su sueño de vender todas las casas del barrio a personas selectas. Por otro lado, mientras Pugsley se esfuerza en aprenderse al pie de la letra la complicada »Mazurka con sable», Miércoles se enfrenta a la adolescencia. Se hace amiga de Parker, la hija de Margaux, e intenta ir más allá de los límites impuestos por Morticia, sacándola de quicio al volverse »normal», ir al instituto, ser animadora y querer vestir cosas que, sin duda, no son propias de un Addams.
El resultado es divertido, emotivo, grandioso y tiene una animación diferente que la hace emocionante, aunque tampoco está hecha para el público infantil y eso puede cansar a más de uno.