Lo que más anhelábamos era regresar al cine y se agradece mucho cuando tocan estrenos que nos sacaran muchas risas, veremos acción, personajes únicos que le dan a la película vitalidad. Eso nos paso cuando salimos de ver #Nadie como protagonista Bob Odenkirk, guión de Derek Kolstad, creador de John Wick, y la dirección de Ilya Naishuller.
Todo transcurre en la monotonía de la vida de un empleado, padre de familia y esposo pasivo, hasta que una noche su casa es asaltada y nadie incluso él no definieron a su familia.
Pero la rabia e impotencia lo consume buscando el pretexto perfecto para vengarse, mostrando un lado muy oscuro del cual solo su padre y un amigo saben que posee.
Su padre (Christopher Lloyd) vive en un asilo, detective retirado del FBI será quien sutilmente irá involucrándoselos en el caos.
El pretexto perfecto sucede en un autobús donde de ser una noche casual unos bravucones borrachos suben para agredir a los pasajeros, da paso a una de las escenas más esperadas donde vemos desplegar todas sus habilidades pero no sabe con quien se metió.
La historia se va enredando y nos va llevando entre escenas de golpes, con esa clásica coreografía usada en John Wick, chistes que encajan sin esfuerzo en situaciones.
Nunca imaginamos ver a Christopher Lloyd usando armas, es una película que se va resolviendo en casa escena llevándonos a una sarcástica forma de resolver la ira reprimida y rescatar a su familia.
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