Tamino anuncia su tercer álbum «Every Dawn’s a Mountain», previsto para el 21 de marzo a través de Communion Records. El anuncio del álbum viene acompañado de un nuevo single y video: “Babylon.”
Nacido entre los muros de un castillo medieval, durante la prueba de sonido en un pequeño festival italiano, “Babylon” es un viaje épico y explosivo de seis minutos y el primer adelanto de Every Dawn’s a Mountain.
1 El sencillo «Babylon» es la piedra angular de su nuevo nuevo álbum, ya que siguió evolucionando durante el tiempo que pasó en Bruselas, Nueva Orleans y Nueva York, tres ciudades monumentales, cada una su propia Babilonia moderna.
2 El disco «Every Dawn’s A Mountain» lo escribió principalmente en Nueva York, el nuevo hogar de Tamino y marca un nuevo comienzo para un artista que ya es importante en la mayor parte de Europa y Medio Oriente.
3 La voz de Tamino se vuelve la pieza clave en su música transmitiendo un poder hipnótico.
4 «Every Dawn’s a Mountain» se alimenta de la sensación de fuego y de darse cuenta de que todo lo que se ha construido antes y dentro de uno está a punto de arder, quizá para bien.
5 La letra de su música atraviesa emociones de la pérdida, el desplazamiento, la ruptura y el abandono del pasado y de esos rescoldos de naufragios emocionales emerge Tamino y se adentra en su siguiente capítulo.
6 Su próximo disco también se grabó en una iglesia de Nueva Orleans, en un estudio de Bruselas y en habitaciones de hotel dispersas mientras estaba de gira con Mitski, que canta con Tamino en “Sanctuary».
7 Aunque su abuelo, el famoso cantante egipcio Muharram Fouad, fue el primero que le inspiró para aprender a tocar la guitarra, los arreglos del álbum se basan principalmente en el sonido de su laúd árabe.
«Igual que el fuego puede estallar con gran fuerza, la mayoría de estas canciones parecían irrumpir en mi existencia. Desvergonzadamente y sin previo aviso, reclamaron mi atención y determinaron el curso de mis días. Dicen que cuanto más rápido arde la llama, más difícil es atraparla. Del mismo modo, a veces resultaba difícil captar el sentimiento adecuado durante la grabación. Nunca he abordado la música de forma conceptual. Por lo general, componer se parece más a tallar una escultura que se revela a sí misma que a aplicar cuidadosamente un plan preexistente. Sin embargo, tras los últimos acontecimientos de mi vida, sentí una tremenda necesidad de construir un altar metafísico para lo que se había perdido. El resultado final, aunque a veces ecléctico, se siente como el álbum más armonioso que he hecho hasta la fecha, con las 10 canciones unidas por un mismo sentido de honrar y dejar ir.»
—Tamino-Amir Moharam Fouad