«Karaté» es lo opuesto al sencillo anterior de Yelle, «Je t’aime encore». ¿Cómo? Bueno, no es suave, es ácida. No es dulce, es frenética. Las letras no son largas, sólo son una frase en bucle, una y otra vez, invadiendo tu cerebro, tu cuerpo y tu alma para liberar al bailarín karateka que llevas dentro. Puedes escuchar unas vibras tradicionales de Brittany en el modo en que las palabras se resuelven por sí mismas, pero definitivamente te hace sentir en el futuro.
Marcial en su estética, pacífico en el fondo, el video musical de ‘Karaté’ es sobre seguir el ritmo de la canción al máximo. Joris, el bailarín, una mente creativa y libre, improvisa, siguiendo cada detalle de cada beat, las letras la atmósfera. Verlo bailar es algo único, te atrapa y no te deja ir. Su energía es animal, pura y sincera. Yelle aparece en su lugar de juegos de la infancia, ella creció cerca de ese río. Ella es el yin de su yang.