Si hay un Universo Cinematográfico que está bien definido es el del Conjuro y es que el productor James Wan ha sabido imprimirle su sello característico a cada entrega, inclusive los directores que escoge para cada entrega han entendido lo que significa llevar estas historias de los Warren a la pantalla grande sin caer en lo cliché y sobretodo haciendo que el público se siente emocionado cada vez que una nueva entrega se estrena.
En esta ocasión Wan le dio la oportunidad a Gary Dauberman (quien ha escrito varias cintas de la franquicia) para que hiciera su debut de forma oficial como director y en donde le encargó una de sus personajes más entrañables, Annabelle, y cuya misión era darle cierre a esta ya trilogía y por lo tanto le dio toda la libertad posible para hacerlo, lo cual no desaprovechó y se hizo acompañar de la maquinaría pesada, tanto en historia como en el elenco.
Aquí vemos a Ed y Lorraine Warren decididos a evitar que Annabelle cause más estragos, así que llevan a la muñeca poseída a la sala de objetos bajo llave que tienen en su casa. La colocan «a salvo» en una vitrina sagrada bendecida por un sacerdote. Pero una terrorífica noche nada santa, Annabelle despierta a los espíritus malignos de la habitación que se fijan un nuevo objetivo: la hija de diez años de los Warren, Judy, y sus amigas.
Pues como les dijimos, Gary Dauberman se hace de todos los trucos que hicieron a la película del Conjuro genial; sabe dirigir a sus actores y sobretodo crear una empatía con ellos que hace que no quieras que nada les pase por lo que cualquier sobresalto hace que te asustes, esta se da tiempo también de ser divertida con buenos gags que te harán reír para quitarte un poco la tensión y sobretodo de nervios, aprovecha la noche para sacar tanto el susto fácil como el susto estresante en el que piensas que sucederá algo pero en realidad todo se va alargando y también sabe que si hay algo que caracteriza a la franquicia es el uso de la niebla para ocultar cosas.
La película no es pesada, sin embargo por momentos esperas ver todos los artefactos en acción y esto simplemente no sucede, el director decide enfocarse en algunos para no desviarse tanto de la historia y otros los utiliza tan rápido que no termina de cuajar (a alguien le sacan un demonio con un vídeo, por dios), también hay que decir que el final es demasiado rápido y no tiene una intensidad que te deje satisfecho como en anteriores entregas, pero ver tantos artefactos te dice que este universo podría seguir por años.
El veredicto es que es una buena película palomera y que te gustará si te late este universo, pero tampoco vayas esperando la gran maravilla porque no la encontrarás aquí.