La nueva película del director Danny Boyle y escrita por Aaron Sorkin, Jobs, nos muestra una cara poco vista del exitoso creador de Apple (a quien ya hemos visto en varias películas como la protagonizada por Ashton Kutcher) y es que usualmente lo vemos como el famoso creador pero pocas veces podemos admirar sus fracasos y el arduo camino que realizó.
En esta ocasión la cinta es protagonizada por Michael Fasssbender (Steve Jobs), Kate Winslet (Joanna Hoffmaan), ex jefa del departamento de diseño de Macintosh e inseparable, con quien enfrenta los más grandes fracasos de su camino hacia la creación de lo que ahora conocemos.
El camino que nos lleva Boyle detrás de bastidores es un vistazo a lo que pocos tenían acceso, en el que vemos su compleja vida personal, sus enfrentamientos con Steven Wozniak (Seth Rogen), John Sculley (Jeff Daniels), el ir y venir, aunque pareciera ser muy frío siempre había un complejo calculo de aquellas emblemáticas y devastadoras presentaciones.
Las imágenes van y viene entre los inmuebles que son el escenario donde transcurren horas de intenso trabajo, presión peleas por paternidad, reconocimiento y algunas amenazas, lo que pocos se han atrevido a reflejar y la falta de perfección de tal vez uno de los genios del marketing y la publicidad.
Los músico tocan los instrumentos, yo toco toda la orquesta
Podría parecer pesada al principio, al ser una historia contada de manera cronológica se va con un ritmo sutil que nos va envolviendo en el misticismo creado alrededor de u nproducto que nunca fue tangible hasta 1998.
Entre el ser humano y el empresario es como va la película entre los múltiples fracasos hasta llegar al punto donde todo fue posible, cerrando con imágenes que revolucionaron lo que hoy tenemos en nuestras manos.
Steve Jobs el monstruo de mil cabezas reflejado por Danny Boyle.