Esta semana llega a las pantallas de cine la película X-Men: Dark Phoenix y que será la última vez que veamos a los mutantes por un largo tiempo debido a que hace algunos meses la compañía fue adquirida por Disney, quienes no tienen prisa en presentarlos con el resto de sus personajes y por el momento sólo están enfocados en Los 4 Fantásticos. Entonces ¿Es necesaria esta película?.
Pues decidimos ir a verla para quitarnos de una vez la duda y tenemos que decirles que no es necesaria verla y es que la película se siente como una despedida, como un «has lo que tengas que hacer para sacar un poco de varo antes de que sea tarde» y es que tanto el guión, como la historia, como las actuaciones (exceptuando la de Sophie Turner) se ven cansadas, como que ya hartos de repetir la misma fórmula durante años y sobretodo fastidiados de no tener una idea de hacía donde ir con la historia y mucho tiene que ver el guión sufrió adaptaciones mientras se iba filmando (gracias Simon Kingsberg).
Pero vámonos por partes; lo primero que debemos entender es que esta es la segunda vez que intentan filmar esta historia del Dark Phoenix en 20 años y ambas han sido un poco lamentables; la primera porque intentaron hacer que la historia se desarrollara en torno Wolverine con Jean Grey eliminando a Scott Summers y se volvió un tanto melosa y sobretodo incorrecta a los cómics, mientras que en esta segunda ocasión si hicieron que el centro de la cinta fuera Scott y Jean pero eliminando cosas que son parte primordial del cómic haciendo que se viera que fue hecha a las prisas y sobretodo con poco presupuesto ya que no hubo tantos mutantes, la batalla final fue hecha en un tren en vez del espacio y había un mutante cuyo poder era atacar con sus rastas…. wtf.
Ahora hay que entender que la idea primordial del cómic Dark Phoenix es que tanto Jean como Scott están unidos emocionalmente, telepáticamente y todo lo que les ocurre al otro le afecta por lo que este Phoenix llega a alterar todas estas emociones. Aquí vemos a Jean intentando hacer el bien, pero también controlando este poder sumamente poderoso que la corrompe por lo que decide huir para no lastimar a Scott, pero obviamente Scott no va a dejar ir a la mujer que ama por lo que intenta ayudarla de todas las formas posibles hasta que se da cuenta que lo que tiene que hacer es renunciar al amor de su vida y matarla para que por fin esta pueda descansar, lo cual lo hace al último y es tanto su dolor que renuncia a los X-Men y deja de ser ese líder.
En la película entendemos que Jean y Scott están juntos, vemos que ambos se aman y muchas veces vemos a nuestro líder intentar hacer lo que sea por su amada, sin embargo nunca sientes en verdad esta empatía por ambos y eso hace a la cinta floja, tanto que tiene que recurrir a trucos viejos como recordar las cintas pasadas para que recordemos porque nos gustaron.
También pecan de querer hacer que Mystique sea la que una a los X-Men cuando no es así y eso provoca que todos los demás personajes terminen siendo como secundarios sino es que un poco más, ninguno hace una actuación memorable y sirven sólo para que tanto Sophie como Jessica se luzcan en sus papeles.
Una despedida amarga para una franquicia que ha estado desde los inicios de las películas de superhéroes, que ahora nos dejan en la penumbra y nos hace preguntarnos ¿Cual será su papel en el futuro del Universo Cinematográfico de Marvel?