La primera vez que el mundo vio una cinta de Damien Chazelle fue en 2014 cuando estrenó Whiplash y muchos pensábamos que el director se conformaría con esa cinta propia y que luego se dedicaría a algún blockbuster o algo parecido, sin embargo eso no sucedió y en su lugar anunció un musical llamado La La Land y que a falta de Miles Teller y Emma Watson usaría a Ryan Gosling y Emma Stone.
Posteriormente la cinta se estrenó en varios festivales de cine y para sorpresa de todos fue un rotundo éxito, no sólo por la calidad de sus actuaciones, ni por la gran dirección de Chazelle, es más ni siquiera por el tema de amor que maneja, sino por la gran historia y nostalgia que impregnó a algo que parecía podía ser complaciente pero que terminó dejando a más de uno con el corazón roto pero feliz.
Esta cinta narra un tempestuoso romance, desde el tierno comienzo del amor juvenil hasta los sacrificios de una gran ambición. Dos jóvenes soñadores luchan por perseguir sus sueños en una ciudad conocida por destruir esperanzas y romper corazones. Mia, una aspirante a actriz, sirve café a estrellas de cine y Sebastián, un músico de jazz se gana la vida tocando en sucios bares. Tras algunos encuentros inesperados, las chispas entre Mia y Sebastián estallan. Pero la lucha por conseguir lo que quieren amenaza con separarlos.
Aquí Demian tenía dos caminos, irse por la historia de amor y tributo al Hollywood clásico en donde todos cantaban y eran felices o mostrarte lo que es el duro camino por perseguir tus sueños sin importar a quien tienes que dejar en el camino, lo cual no es fácil pero a veces es más que necesario, por lo que el resultado no es solo sorprendente sino que te hace pensar en lo que puede lograr un gran guión y la química entre las personas.
Esta se estrenará en la primera semana de Enero y esperen un mar de lágrimas que los dejará confundidos y preguntándose ¿Qué tal si?…. por cierto, la música es simplemente hermosa.