Dirección: Paula Marcovitch
Guión: Paula Marcovitch
Marcos es un artista de 65 años que nunca ha podido exhibir sus pinturas. Trabaja en una gasolinera. Un día Luis, un niño de la calle de 13 años, entra en su casa creyéndola deshabitada. Luis es el único testigo de la obra de Marcos. Entre ambos surge una extraña amistad que les da nuevas respuestas acerca del arte y la vida.
Está inspirada en la vida de mi padre que es un pintor que no expuso su obra en vida, el origen de su anonimato yo lo vi con las secuelas de la dictadura. Muchos no huyeron solo se escondieron “el insólito”, es la omisión. Mi padre estuvo en ese estado de ocultamiento, hay mucha obra de arte que fue omitida o desaparecida. La clandestinidad fue el tema que quise reflexionar sobre la exposición y esconder, y el papel de la humanidad que destruye lo que construye, nuestra omisión de nuestros tesoros. Trabaje con la idea de un collage de instantes, momentos de fragmentos visuales y sonoros que nos llevarán a lo real.
Paula junto con el grupo de artistas con quienes hizo la película dejan ver ese collage de sensaciones sonoras, visuales y crea esa nostalgia a la par de la capacidad humana de autodestrucción.
Es uno de los proyectos que ha imputado la Universidad de la Comunicación y seguirá apoyando a la difusión y creación del cine.