U.S. Girls, el proyecto de pop experimental de la artista multidisciplinaria Meg Remy, lanza hoy su primer álbum en vivo, Lives, de manera digital. Publicado en vísperas de su gira europea, el álbum muestra los últimos cinco años de U.S. Girls sobre el escenario de forma no cronológica.
En este álbum de 15 canciones es posible encontrar tres versiones distintas de la banda en vivo de U.S. Girls: la «Poem Band», una unidad de jazz-funk, orientada a las improvisaciones que con frecuencia lleva los ritmos profundos y las baladas de soul plástico de Remy a los límites de la abstracción; la «Heavy Light Band», que controla el caos y pone el énfasis en los sonidos armoniosos de voces femeninas apiladas; y la formación actual de la banda de U. S. Girls, que utiliza sintetizadores y samplers para aportar una nueva dimensión y un tono más profundo a su catálogo. En el centro, en todo momento, está el timbre atemporal de la inconfundible voz de Remy. Con miembros de Badge Époque Ensemble y Cosmic Range y algunos de los cantautores canadienses más brillantes, como Geordie Gordon, Dorothea Paas y Carlyn Bezic, Remy se ha nutrido de un grupo de músicos de Toronto, activos en los mundos aparentemente dispares del jazz, el funk, el pop y la vanguardia.
Siguiendo la tradición de álbumes en vivo como Alive! By Kiss, Cannonball Adderley’s Mercy, Mercy Mercy! Live at «The Club» o Frampton Comes Alive!, Lives presenta grabaciones de diferentes actuaciones como un gran concierto, producido por el marido de Remy y colaborador musical desde hace mucho tiempo, Maximilian Turnbull. Es una unión innegable de teatralidad rock and roll y de funk que recuerda al Bowie de mediados de los 70 en toda su gloria dionisíaca: es un espectáculo que no hay que perderse.
«No puedo comprender todos los ensayos, los kilómetros recorridos deprisa y a gatas, las tazas de café suficientes para construir un puente (¿desde dónde hasta dónde?), los escenarios desmontados y reconstruidos, la fiebre de retroalimentación y los zumbidos de oídos, las resacas ciegas, las risas hasta orinarse en los pantalones y escupir lo que se tiene en la boca, las discusiones pasivo-agresivas a nivel profesional, cantar sin voz, cuestionarse qué ponerse como forma de mantenerse unidos. Todo esto sucediendo en el trasfondo de una guerra eterna… A veces no puedo recordar mucho antes de formar bandas, escribir canciones, grabar música, hacer artefactos, actuar, viajar para actuar. Es una manera soñadora de abordar la vida, pero es una forma cruda de vivir.» Meg Remy